Gracias a una amiga, que me regaló
un libro con el que hacerme las preguntas correctas me he dado cuenta de que todo el tiempo que paso cantando, tocando, escuchando música, no es tiempo perdido, al contrario, es tiempo para mí, me da energía, me hace sentir viva, y me cura de todas mis neurosis, miedos, complejos y heridas varias, de la piel y del alma.
Así que nadie se extrañe si no escribo, si no hago fotos, si me importa un pepino todo lo que aparentemente me había importado hasta ahora... música, música, música... no pienso (siento) otra cosa. Y soy yo, por fin!