De vez en cuando tendrá que enfrentar el terrible vacío que aflora cuando usted no está concentrada en otra persona.
Permítase sentirlo, en toda su intensidad (de otro modo, usted buscará otra manera dañina de distraerse). Abrace el vacío y sepa que no siempre se sentirá así, y que con sólo estarse quieta y sentirlo comenzará a llenarlo con la calidez de la autoaceptación.
del blog de (mi lucecita) Sara
viernes, 12 de septiembre de 2008
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Venus no era un chico
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